VARIOS




Zonas

Si bien hay restaurantes por toda la ciudad, una zona que no puede pasarse por alto es la Grand Place y la calle Rue des Bouchers. Aunque ambas zonas pecan de ser excesivamente turísticas, no por ello deberían ser descartables.
En la Grand Place los restaurantes tienen precios medio-altos mientras que en Rue des Bouchers es posible encontrar locales de todos los precios, incluso menús de dos platos, postre y bebida por 12€.
Casualmente están cerquita de nuestro alojamiento como podemos ver en el plano siguiente :


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Aquí tenemos un paseo de poco mas de media hora desde nuestros apartamentos, donde podremos visitar varias de las cosas mas significativas de Bruselas, por ejemplo la Gran Place, Ayuntamiento, Eglise Notre-Dame de bon secours, Catedral de San Miguel y Santa Gúdula, Galeries St. Hubert hasta el Delirium Café donde podremos tomarnos algo.




A ver como queda con estos iconos




Otro recurrido podría ser hasta el Atomiun, donde a ver si tenemos imaginación para conseguir fotos diferentes, tales como estas.


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Excursiones cercanas por ejemplo a Brujas







o a Gante






----  CONSEJOS  ----

cÓMO VIAJAR POR BÉLGICA SIN GASTAR UNA FORTUNA

De http://matadornetwork.com/es/como-viajar-por-belgica-sin-gastar-una-fortuna/
Si a estas alturas de la vida sigues pensando que Bélgica es el lugar más aburrido de Europa déjame decirte una cosa: te equivocas. El país de Tintín puede ser tan divertido e imprevisible como un espectáculo de fuegos artificiales. Que no te engañe el clima poco amable de su invierno. Tras esa primera capa gris que todo lo cubre entre noviembre y marzo, se esconde una extraña primavera lúdico-festiva que avanza las luces de la Grand Place. No visitar Flandes y Valonia debería ser un crimen. Deja de poner excusas como que te faltan dólares: el dinero no es imprescindible para disfrutar como un enano
Muévete en tren.
Bélgica es un país tan pequeño que puede cruzarse entero en tren en un día y volver. No es problema. Los trenes son muchos, muy puntuales y fáciles de utilizar. Si tienes intención de moverte de una ciudad a otro considéralos tus nuevos mejores amigos.
Si eres menor de 26 hazte con un bono llamado Go Pass. Por el módico precio de 50 euros tendrás 10 viajes disponibles sin fecha de caducidad para ti o cualquiera que viaje contigo (o cualquiera al que le des el bono, no es un billete nominal). Basta con que antes de subir al tren equis rellenes los hueco libres de tu Go Pass. Por ejemplo, si vais a viajar tres personas tendréis que rellenar tres fechas, tres días, tres orígenes y tres destinos. Así funciona, sin reservas ni complicaciones. Rellenar y subir sin preguntar.
Y por si esto fuera poco, cada trayecto del Go Pass te permite hacer tantas paradas como quieras. Por ejemplo, si vas a de Bruselas a Brujas puedes bajarte tranquilamente en Gante, dar una vuelta y luego continuar con coste extra. Si madrugas mucho puede ser una forma interesante de ver muchos lugares sin tener que gastar muchos días y muchos billetes de tren.

Come caliente pero low cost.
Comer en Bélgica no es especialmente barato, pero tampoco es sumamente caro. El stoverij, uno de los platos estrella de la gastronomía belga, puede encontrarse en muchos restaurantes por 10 euros o menos. Ahora, si quieres una opción realmente barata que no implique tirar todo el día de frituur busca locales tipo el Soup Lounge de Gante. Allí, por 3,50 euros podrás tomarte un menú que incluye una sopa de verduras (tomate, guisante, etc., tu eliges el puré base) con mucho condimento (carne, queso y verduritas troceadas), pan con mantequilla y una fruta de postre. Perfecto para un almuerzo rápido pero consistente que permita recuperar energías y seguir descubriendo la ciudad. Otra opción interesante puede ser el Restaurante Amadeus (cuenta con sedes en Bruselas, Amberes y Gante) donde por 16 euros puedes comer todas las costillas que puedas. Todas las que puedas de verdad, y están bien buenas.



 Bebe cerveza.
Si cuando sales te gusta tomar copas / cocteles, en Bélgica lo pasarás un poco mal porque eso no se estila. Lo que se lleva es la cerveza. Cerveza para comer, cerveza para cenar, cerveza para estar de fiesta. Las rubias son buenas Y baratísimas. En cualquier bar podrás tomar cervezas que en tu país serían de importación a precio local porque, ¡aquí son locales! No pocas veces un vaso de cerveza resultará más barato que un refresco, ¡y que el agua!
La variedad de cervezas belgas es grande en sabor y graduación. Es casi imposible que no encuentres una que te guste. Aunque no seas su mayor fan, dales una oportunidad. Tu estómago y tu bolsillo te lo agradecerán. En una tienda, una Stella Artois te costará menos de un dólar. Una Carapills (la más low cost entre las salubres), la mitad.


DISFRUTAR DE UNA BRUSELAS ALTERNATIVA Y BARATA

Cientos de turistas recorren la Grand-Place cada día y degustan los más variopintos tipos de cervezas y chocolates. Las fachadas están decoradas con los héroes míticos del cómic y aún perviven los primeros símbolos del Art Nouveau europeo. Sin embargo, hay otra manera de conocer Bruselas, huyendo de los estereotipos y los tours turísticos más convencionales.
1. ¿Te apasionan las alturas?
Sube al mirador de Bourse. Nadie te habla de él en las guías turísticas, pero desde lo alto del edificio que acoge al supermercado GB se ve Bruselas a vista de pájaro. Es además un lugar de encuentro para los jóvenes belgas, que lo visitan diariamente para refrescarse tras un día agotador. También el mirador del Palais de Justice brinda una panorámica inigualable.
2. El paraíso de la segunda mano.
No esperes encontrar joyas vintage de alta costura en Bruselas, pero sí puedes asegurarte un buen guardarropa a precios imbatibles. En la Place de Jeu de Balle se monta cada mañana un mercadillo donde la segunda mano es el requisito indispensable. En cada puesto se encuentran objetos perdidos en el tiempo, prendas únicas, jerseys hechos a mano, vajillas ancestrales, muebles y filigrana, cámaras fotográficas de colección y demás cosas a las que darles un nuevo sentido. Imagínate cuánta vida han recorrido estos tesoros antes de llegar aquí. Para los curiosos y amantes de la fotografía, por menos de 25 céntimos se pueden adquirir fotografías antiguas de desconocidos, tal vez foco de inspiración para futuros proyectos. Imprescindible regatear.
3. Una pequeña África en Europa.
En el barrio de Matongé, a pocos cientos de metros de la sede de la Unión Europea, conviven más de 45 nacionalidades africanas. En sus calles se siente una como paseando por el barrio homónimo de Kinshasa, capital de Congo, que fue colonia belga hasta 1960. Riquísima la comida “nativa”, y divertido el contraste entre este barrio lleno de color, y el aburrido y futurista enclave de las instituciones europeas.
4. Vuelta al cine clásico.
El cine de autor y culto tiene poca cabida en las carteleras más comerciales. Sin embargo, Bruselas cuenta con dos espacios dedicados expresamente a este tipo de films: retrospectivas de Humphrey Bogart y Greta Garbo, ciclos dedicados al Western o al cine mudo, con énfasis en la extensa filomografía belga. Sesiones diarias en Cinematek y Flagey.
5. Más que live music.
Cada año, cientos de nuevos grupos de música salen a la luz. Algunos nunca llegarán lejos, pero de cualquier forma siempre podremos decir que estuvimos en uno de sus primeros conciertos. Ésta es la perspectiva de la sala de conciertos de Botanique, que acoge todas las semanas conciertos de bandas por lo general poco conocidas, para su promoción y nuestro disfrute. Además hay exposiciones fotográficas gratuitas sumamente curiosas.
Además Bruselas acoge hasta el 19 de junio la exposición “6 Millones de Otros”, un gran proyecto multidisciplinar e itinerante que trata de responder, a través de 6 millones de voces, a las preguntas que nunca dejaremos de cuestionarnos: ¿a qué le tememos?, ¿qué significa ser feliz?, ¿cuál es el objetivo último de la vida? Su próximo destino: San Sebastián, España.
6. Tren a ninguna parte.
Coge un tren y baja en la parada que más llame tu atención. No tengas miedo de atravesar un bosque o de aventurarte por pueblos vacíos y parajes norteños, para descubrir esos sitios ajenos al turismo, la polución y el ruido de las grandes ciudades. Con el Go Pass (10 viajes de tren en territorio belga por 50/74 euros) podrás minimizar los gastos de tus aventuras sin rumbo fijo.


LAS CINCO MEJORES COSAS DE NUESTRO VIAJE A BRUJAS


1. Dedicar unas horas para perdernos en sus callejuelas y canales.

Brujas tiene un amplio abanico de posibilidades si lo que quieres es visitarla como un turista más: recorrer su casco antiguo, dar un paseo en barca por los canales, visitar alguno de sus museos. Pero si lo que quieres es conocer la ciudad verdadera, reserva una parte de tu tiempo para bebértela con tranquilidad. Brujas requiere su tiempo y no hay mejor manera de emplearlo que dejándote llevar por sus calles sin nombre y sus canales desconocidos.
Probablemente no te cruces con nadie, aunque probablemente tampoco sea lo que buscas, si has decidido desencontrarte en una de las ciudades más bellas del mundo.

2. Pasar al menos una noche en la ciudad.

Y disfrutar de un paseo a paso lento. Brujas es una ciudad diferente cuando cae noche. Una vez que cierran las tiendas y los turistas vuelven a sus autobuses, Brujas se transforma, se ilumina y una atmósfera romántica se apodera de la ciudad.
Cada rincón se vuelve una fotografía y cada nueva calle o canal, una pintura que nos ofrece una nueva vista de la ciudad.

3. ¡Papas fritas, chocolate y cerveza!

La comida de Brujas es buenísima. Las patatas fritas son omnipresentes y las puedes acompañar con una infinidad de salsas diferentes. Las compras en cualquier frietkot o kiosko y son la opción perfecta si buscas picar algo o entretener el hambre mientras paseas.
Otro de los platos más famosos de Brujas son sus moules avec frites -mejillones con patatas fritas-, que se sirven en todos los restaurantes. Pero cuidado, no son tan tan económicos ni tan sabrosos como en España.
Muy buenas también son las croquetas de crevettes (camarones), un plato muy típico que se suele tomar como tapa o entrante.
De postre, chocolate, claro, ¿qué más?
Y como Bélgica es la patria de la cerveza, nada mejor que regar toda esta gastronomía con la rubia más rubia del lugar.

4. Hacer un crucero por los canales.

Sí, es una actividad muy turística, pero que te permitirá ver Brujas desde una perspectiva completamente distinta a la que se ve paseando por sus calles.

5. Y, ¿qué sería de una ciudad si no pudiésemos comprar?

Chocolate Belga

Si queréis tener un detalle gastronómico nada mejor que una cajita de bombones belgas, seguro que será un regalo de lo más agradecido y de paso no olvidéis de coger una cajita para vosotros.

Encajes

En Brujas el arte del encaje está muy extendido, por lo que no tendrás ningún problema en encontrar manteles, pañuelos, tapetes y sábanas hechos a mano a unos precios más que razonables.
Si os gusta en encaje no dejéis de visitar en Centro de Encaje donde también tienen una tienda para poder comprar sus productos.

Cerveza

Otro de los productos estrella es la cerveza, si bien es cierto que cargar con una botella durante un viaje quizás no sea lo más cómodo o adecuado, quizás cambiéis de opinión si os decimos que en muchas tabernas las preparan como auténticos regalos con un embalaje apropiado para los traslados.



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